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Gustavo Petro saca provecho de la terrible violencia que vive Colombia para avanzar en su agenda marxista

El candidato presidencial Miguel Uribe fue víctima de un intento de asesinato, y en las últimas horas varios atentados terroristas han sumido al país en una violencia que no se veía hace décadas. Mientras tanto, el presidente vía decreto, saca adelante su agenda.

Gustavo Petro en Bogotá el 8 de octubre de 2024.

Gustavo Petro en Bogotá el 8 de octubre de 2024.AFP / Oficina de prensa presidencial de Colombia

Las terribles imágenes del intento de asesinato a Miguel Uribe Turbay, precandidato a la presidencia de Colombia, dieron la vuelta al mundo entero. Colombia es reconocida en muchos lugares por haber vivido épocas de cruenta violencia y haberse recuperado durante el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, con la ayuda de Estados Unidos. Lastimosamente, hoy el país lucha para no volver a esos tiempos de tanto dolor, y los culpables siguen siendo los mismos.

La información que se tiene hasta el momento apunta a que el atentado contra Uribe Turbay fue ordenado por las "disidencias de las FARC". Durante el Gobierno de Juan Manuel Santos se firmó en Colombia un acuerdo con la guerrilla, que entre otras cosas le dio a los criminales asientos en el Congreso. Miles de guerrilleros siguieron delinquiendo y la izquierda dijo que se trataba de "disidencias". La verdad es que las FARC nunca tuvieron la intención de dejar las armas y eso siempre lo supieron la mayoría de colombianos, que votaron en contra de ese acuerdo. 

De modo que los culpables del intento de asesinato y de los más de 20 ataques terroristas que ha vivido el país en las últimas horas, son los mismos que tenían a Colombia hundida en la violencia antes del 2002 cuando Álvaro Uribe llegó al poder. Son las FARC. Pero ahora además hay un presidente muy particular. Gustavo Petro fue miembro de la guerrilla marxista del M-19, culpable de uno de los peores ataques terroristas de la historia de Colombia: la toma al Palacio de Justicia. Aún en su vida en la legalidad, como Senador, Petro hizo toda una carrera fungiendo como el brazo político de las guerrillas. Siempre defendiéndolos, siempre beneficiándolos. 

Como presidente, su actuar ha sido el mismo. Las FARC, que algunos siguen llamando "disidencias", se ha fortalecido porque el Gobierno dejó de perseguirlos, también dejó de erradicar la cocaína, que es la fuente de dinero de esos criminales. Sea cual sea el nivel de relación entre el presidente y las FARC, sea una colaboración directa o solo voltear la cara y dejarlos actuar, es claro que Petro los está fortaleciendo. Son hechos. 

Particularmente en el atentado contra Uribe Turbay hay hechos claros que muestran responsabilidad del Gobierno. Petro atacaba al candidato directamente desde sus redes sociales. La retórica incendiaria del presidente es evidente. Uribe Turbay había pedido que se le reforzara la seguridad y la petición fue negada. Además, el atacante durante meses hizo parte de un programa del Gobierno Petro en el que se le paga a los delincuentes por "no delinquir", cosas que solo sucede en un país con un exguerrillero al mando. Eso quiere decir que quien atentó contra la vida del candidato presidencial recibió millones de pesos colombianos de parte del Gobierno. 

Ahora la Fiscalía ha anunciado que al ser menor de edad, el atacante entrará en un programa en el cual, entre otras cosas, le cambiarán el nombre, le asignarán esquema de seguridad, y él y su familia recibirán un subsidio mensual. Petro no tuvo suficiente con pagarle durante meses para supuestamente no delinquir, sino que ahora lo llenará de beneficios a él y a su familia. Es inevitable no preguntarse si lo que está haciendo Petro es formando su propio ejército en las ciudades, reclutando jóvenes delincuentes a los que les paga mensualidades en vez de enviarlos a las cárceles o a las correccionales de menores.

Es cierto que esos beneficios hacen parte de un programa general de la Fiscalía para menores, pero usualmente se le dan a testigos que están colaborando en los casos. Este asesino no está colaborando, de hecho se declaró inocente, aún cuando hay vídeos donde se le ve disparando. Sumado a eso, este es un caso de suprema importancia que pone en juego la democracia y la estabilidad del país. 

En medio de todo el caos que vive Colombia, Petro a decidido por decreto convocar a una "consulta popular" para sacar adelante dos reformas que el Congreso ya había rechazado porque son nefastas para el país. El presidente, entonces, está aprovechando la violencia y el terror, para sacar adelante sus planes marxistas pasando por encima de la Constitución y el Congreso.

¿Para qué otra cosa usará este caos el presidente Petro? ¿Se le ocurrirá decir que las elecciones del año siguiente queda canceladas porque el país vive una crisis? 

Colombia está al borde de volver a sus peores épocas. Los culpables de los atentados son los mismos de siempre, las FARC, pero Petro parece estar colaborando y sacando provecho de esta dolorosa y trágica situación.

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