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La Administración busca cancelar todos los contratos federales con Harvard

Una misiva revela el próximo paso del Gobierno contra la Ivy League tras revocarle el permiso para recibir estudiantes extranjeros.

Facultad de Derecho de la Harvard 

Facultad de Derecho de la Harvard Cordon Press.

Santiago Ospital
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Continúa la ofensiva gubernamental contra Harvard. Este martes se filtró una carta en que la Administración de Servicios Generales (GSA) insta a agencias federales a terminar sus contratos con la universidad y a "transferirlos a un nuevo proveedor", en caso de ser necesario.

"La GSA entiende que Harvard sigue practicando la discriminación racial, incluso en su proceso de admisión y en otros ámbitos de la vida estudiantil", escribió el comisario Josh Gruenbaum. La evidencia de discriminación es, aseguró, "chocante, cuanto menos".

Además, aseguró que la institución cometió actos antisemitas, demostrando "preocupante falta de preocupación por la seguridad y el bienestar de los estudiantes judíos".

La carta pide una respuesta antes del 6 de junio. Tan sólo horas antes de que The New York Times adelantara el envío de la misiva, Donald Trump aseguró que se encontraba analizando si distribuir entre escuelas de oficios unos 3.000 millones de dólares originalmente destinados a Harvard.  

Como parte de su campaña contra la universidad, la Administración le prohibió recibir estudiantes extranjeros. Sus 6.8000 alumnos extranjeros representan un 27% del alumnado. Harvard presentó una demanda el pasado viernes, y tan sólo horas más tarde una jueza federal paralizó la decisión del Gobierno.

Harvard también había protestado ante la Justicia el anterior congelamiento de miles de millones de dólares en subvenciones y contratos.  

Ofensiva contra las universidades

El Gobierno ha tomado varias medidas contra algunas de las universidades más conocidas del país, tanto revisando visados desde el Departamento de Estado como anunciando investigaciones y cortando programas desde el de Educación. 

Harvard, Columbia, UPenn, la Universidad de Washington, son algunas de las instituciones a las que Trump y su equipo acusan de funcionar como centros de difusión de ideas woke y de antisemitismo, amenazándolas con retirar subvenciones si no realizan ciertos cambios.
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